Los acontecimientos de hoy han cambiado el curso de mi vida. El dolor es inmenso, y seguramente irreparable. Me siento como si fuera un habitante del mito de la caverna.
Ahora...en fin, no sé, tengo unas inmensas ganas de llorar, pero no me sale. Es simplemente una tristeza tan enorme que me ha hundido hasta el fondo del pozo.
Y no veo cuerda para trepar.
Tampoco a nadie que me lance una.
Ni siquiera tengo ganas de seguir escribiendo...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario